Los colchones viscolátex son unos de los últimos colchones novedosos tipos que han llegado al sector del descanso y que fundamentalmente destacan por su adaptabilidad al cuerpo, la poca presión que ejercen sobre él mismo y su limpieza y perdurabilidad.
A la hora de elegir nuestro colchón, buscamos uno que sea lo más confortable posible y que anatómicamente más vaya a proporcionarnos un sueño ‘saludable’. Los colchones viscolátex son una buena opción para una persona de peso medio gracias a numerosas ventajas, que van desde el material hasta su variedad de gama en el mercado.
Diferencia entre viscoélastica y viscolátex
Aunque se suelen confundir los colchones de viscoelástica o viscolástica con el viscolátex, se tratan de colchones diferentes. Ambos emplean Viscolástica en su fabricación pero en proporciones distintas. Los primeros lo usan como elemento único (100 %) o como elementos principal (el que se halla en mayor cantidad y en el centro).
Sin embargo, los segundos lo emplean como capa fina y superficial, entre 5 y 7 centímetros, para dar una acogida más cálida y mullida, mientras que el látex conforma el núcleo con una capa pura de un grosor de unos 7 a 16 centímetros en función del ‘receptor’(niño, adulto, parejas) que es un poco más firme que las zonas externas.
Esto no impide que alrededor de la zona central halla otros ‘revestimientos’ como finas láminas de espuma o componentes sintéticos.
¿ De qué están hechos los colchones viscolátex?
El látex originalmente se saca de la resina del caucho, aunque también se puede producir un látex artificial por otros procesos químicos. El resultado es más o menos similar y lo que debemos averiguar es si entre los componentes del proceso se halla el petróleo, que será un agente nocivo no sólo para el medio ambiente sino para nuestra salud en armonía.
La viscolástica es sintético, pues fue creado en laboratorios y a cargo de la misma NASA. De hecho los primeros usos que se le dieron fueron destinados a los astronautas y en hospitales. Se adapta al cuerpo con aún más suavidad que el látex pues realiza un ‘encaje’ del cuerpo tal y como si fuera un molde y recupera la forma de forma más progresiva después.
Ambos materiales responde así, con más o menos dureza, al peso del durmiente con lo que ofrece menos puntos de presión al cuerpo. Esto además lo hace repartiendo bien los puntos de descanso, entre 5 y 7, y gracias a una estructura acanalada donde dichos canales están abiertos para mejorar la ventilación del material, la higiene y su elasticidad.
Grosor de las capas
Normalmente según el fabricante variarán, la recomendación es que se busquen los modelos con más grosor ya que serán adecuados para personas con un peso mayor. Normalmente cuando se vea núcleos de 7 centímetros debemos pensar en que son aptos para pesos de ligeros y medios.
Hay que estar especialmente atentos en el caso que se traten de camas de matrimonio. El látex de 20 centímetros puede ser una buena opción para pesos más elevados.
Por otro lado, también se encontrarán modelos con una capa de viscolástica mínima de 2 centímetros lo que hará que el colchón sea menos suave y que sea menos perceptible su efecto.
Para saber que proporciones son más aconsejables en cada caso, hay que considerar si se tienen problemas de espalda, si se mueve mucho mientras se duerme o en qué postura se pasa más tiempo. Ante la duda un profesional nos puede asesorar.
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El conjunto debe medir entre los 24 y 29 cm a ser posible.
Ventajas de los colchones viscolátex
- Muy adaptables al cuerpo.
La capa de espuma viscolástica es termosensible, con memoria que se ajusta al cuerpo y, además de ser muy suave, elimina presiones y ofrece una sensación de ingravidez que evita los múltiples movimientos mientras se duerme.
El centro de látex ofrece más dureza, aunque sigue siendo muy flexible, también añade la estabilidad necesaria para repartir el peso y para resistir al movimiento ‘nocturno’. En resumen ofrecen la tolerancia justa entre mullido y duro que favorece a huesos y articulaciones sin el efecto ‘tabla rígida’ ni de ‘hundimiento’.Esta media además favorece, incluso, el riego sanguíneo.
Además el levado número de puntos de descanso permite que el peso se reparta de una manera uniforme( y esto también hace que el colchón se desgaste menos).
- Alto nivel de resiliencia, como ya se ha expuesto
- Muy higiénicos.
Ambos materiales son transpirables gracias a sus células dispuestas en canales de ventilación abiertos. Además todos vienen normalmente con tratamientos específicos antibactericidad y sanitarios, en general, para resistir frente a bacterias, hongos y ácaros. La garantía Sanitized debe ir en todos, pues es una garantía obligatoria y europea. Otro de los certificados que deben acompañar al colchón es el Oko tex que segura que no se han empleado sustancias tóxicas en el proceso
- Son más firmes que los de viscolásticas y más suaves que los de sólo látex
- Son más baratos que los de viscolástica.
Por suerte, el precio de estos colchones también son moderados, ni son los más baratos ni los más caros y ofrecen una buena relación calidad precio. Además se pueden encontrar estos productos en todas las firmas importantes de descanso y en las más económicas, ya que se ha convertido en uno de los modelos más modernos y rentables de los últimos tiempos.
- Son silenciosos.
La ausencia de muelles evita que se produzcan ruidos al moverse durante el sueño.
Mantenimiento
La vida de un colchón es de unos 10 años, tras los cuáles lo mejor es comprar uno nuevo. Mientras hemos de conservarlo lo mejor posible: limpio e intentado no deformarlo. Para lo primero, una opción segura es protegerlo con una funda de algodón. Las fundas de este tipo de colchones nunca deben ser impermeables ya que irían en contra de todas las condiciones higiénicas del colchón. Estás deben ser transpirables como su contenido con rejillas de ventilación.
Lo mismo se aconseja sobre las bases, por lo que las más convenientes son las de láminas de madera.
En cuanto a su uso se debe cambiar de posición cada cierto tiempo para evitar el temido desgaste. Normalmente se ha de mover de derecha a izquierda y de pies a cabeza, porque la capa de viscolástica sólo está en este lado, pero si estuviera también en el reverso se recomendaría que tras el primer giro también se le diera la vuelta de ‘cara’. esto ha de hacerse al menos 4 veces al año.
Una norma básica de higiene es el de airear el dormitorio antes de hacer la cama para que éste se airee mejor. también se puede pasar el aspirador sobre la superficie cada 15 días y , mejor, si este aparato es uno pequeño que no se use para las limpiezas generales para todo los suelos de la casa. De esta manera eliminaremos los ‘residuos’ más resistentes del colchón.
Se ha de olvidar probar con trucos de la abuela como empapar la superficie con preparados caseros o limpiar en seco con cualquier producto. Hay multitud de empresas especializadas en la limpieza de todo tipo de colchones que si bien no queremos enviarles el colchón bien pueden aconsejarnos lo más correcto.
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Imágenes: Spineadapta.com