Una almohada es un producto muy personal, ya que cada uno de nosotros tenemos diferentes gustos o necesidades a la hora de dormir. Además, nuestro descanso cada noche depende en gran parte de que esta sea la apropiada, no solo está condicionado por el colchón que tengamos. Es por ello por lo que a la hora de escoger una almohada debemos tener en cuenta una serie de aspectos fundamentales que nos ayudarán a encontrar aquella que nos permita descansar plácidamente durante toda la noche. En este artículo encontrarás precisamente eso, una serie de consejos que te servirán para escoger bien cuando vayas a comprarla.
La almohada es la compañera inseparable del colchón a la hora de definir la calidad de nuestro descanso. Una y otro deben complementarse para evitar que suframos lesiones musculares o de espalda. Por ello, debemos dedicar el mismo esmero a escoger nuestra almohada, sin conformarnos con lo primero que aparezca.
Consejos generales
Uno de los aspectos en los que debes fijarte a la hora de comprar tu almohada es en las propiedades de los materiales que esta contenga. El relleno de su interior será importante para conseguir ese descanso que necesitamos. Es importante, por tanto, que los materiales de la almohada permitan una transpiración adecuada.
Una almohada puede ser una fuente importante de ácaros, bacterias u hongos, y al estar directamente en contacto con nuestro rostro corremos el riesgo de sufrir infecciones de este tipo mucho más rápido. Por eso además de airearla, es conveniente lavarla a menudo, y si es necesario sustituirla con frecuencia.
Como siempre, no debemos escoger una que sea demasiado gruesa, porque el efecto será el contrario que buscamos: contracturas y dolores musculares. Por el contrario, si es demasiado fina, la columna se inclinará en exceso. Debemos controlar que nuestra almohada permita que nuestras vértebras dorsales y cervicales formen un ángulo igual al que se forma cuando estamos en pie. De esta forma evitaremos sufrimientos posteriores. Por eso lo más recomendable es dormir con almohadas finas.
Cómo debemos dormir
Muchas personas reniegan de la almohada y afirman que duermen mejor sin ella. Esto no es más que una sensación; a la larga, la tensión que soportará el cuello mientras se duerme sin ella provocará importantes problemas cervicales y en algunos casos hipertensión arterial.
Lo ideal, según recomiendan los médicos, es dormir en una postura que recuerde ligeramente a cuando estamos de pie, para que las vértebras no sufran. La postura de lado es la más recomendable, y en este caso, las almohadas gruesas.
No hay ningún inconveniente en dormir boca arriba, aunque lo recomendable, como hemos indicado, sean las posturas laterales por encima de cualquier otra. Si preferimos la primera opción, es mejor contar con almohadas más finas. Por último, si somos de los inquietos que cambiamos constantemente de posición, tenemos que buscar una almohada que esté fabricada en un material flexible.
Tipos de almohadas
- De poliéster: debes elegir una que sea de calidad ya que de no serlo cuando la laves se te quedará más apelmazada y por tanto te resultará más incómoda.
- De plumas: se adaptan a tu cuello, el único inconveniente es que te dan más calor, por lo que deberás cambiarla en verano.
- De plumón: recomendables para aquellos a los que le gusten las almohadas blandas, siendo más suaves las de plumón de oca. Estas son algo más caras, pero también son buenas y más económicas las de plumón de pato.
- De látex: este tipo de almohadas también se adaptan a tu cabeza. El material de relleno es pluma y plumón y las encontrarás de varios tipos de dureza. Las más recomendables son las de una dureza intermedia.
- Cervicales: sujetan mejor la cabeza y el cuello, de tal forma que protegen más tus cervicales. El problema de este tipo de almohadas es que solo le resultan cómodas a las personas que duerman boca arriba.
Puedes ver también este vídeo en el que te ayudan a encontrar la mejor almohada:
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Imágenes: casaactual.com, au.all.biz,
