A la hora de colocar nuestra cama en el dormitorio, hay una serie de consejos y recomendaciones básicas que debemos tener en cuenta. El primero de todos es el más obvio: preservar la intimidad en la medida de lo posible. Por ello, hay que evitar colocarla frente a una ventana, ni siquiera aunque contemos con cortinas para tapar la visibilidad. Puede llegar el momento en que se nos olvide que está ahí, debido a la fuerza de la costumbre, y nos expongamos sin querer a las miradas ajenas. También es conveniente evitarlo por temas de salud: las corrientes de aire que siempre se filtran, inevitablemente, pueden afectarnos, e incluso las vibraciones y los ruidos de la calle, al repercutir en el cabezal, pueden perjudicar nuestro descanso.
La disciplina oriental del feng shui también nos ofrece una serie de consejos. El feng shui se basa en una correcta disposición de todos los muebles de nuestro hogar para conseguir que la energía positiva o chi se filtre adecuadamente por cada rincón, lo cual produce efectos beneficiosos en todos los aspectos de nuestra vida. En lo referente al dormitorio, se recomienda, además de lo ya mencionado, no poner ningún espejo frente a la cama, ni tampoco colocar los pies de la misma mirando hacia la puerta. Según las enseñanzas del feng shui, esto provoca una huída de la energía fuera de nosotros. Asimismo, hay que evitar tener aparatos electrónicos en la cabecera.
En caso de que tengamos un televisor en el cuarto, es importante colocarlo de tal manera que, si produce reflejos por la noche, a causa de los haces de luz que se filtren por la ventana, no incidan en la cama.