Las vacaciones de verano traen consigo el descanso, durante algunas semanas, de nuestras preocupaciones y quehaceres diarios. Pero para conseguirlo muchas veces tenemos que pasar por largos y agotadores viajes en coche, avión, autobús… en suma, en medios de transporte que nos impiden levantarnos con frecuencia, estirar las piernas y evitar dolores y agarrotamientos musculares. Si tenemos que permanecer mucho tiempo sentados de esta manera, una buena solución para evitar dichos problemas es contar con una almohada especialmente diseñada. En concreto, la mejor elección son las almohadas cervicales con forma de collarín.
No hay que caer en el error de pensar que son fórmulas mágicas, panaceas que nos ayudarán a curar si padecemos dolores crónicos. En estos casos, como hemos comentado, hay que mejorar otros muchos aspectos: nuestros hábitos al dormir, la cantidad de ejercicio que realizamos, etc. Pero una almohada cervical de estas características puede sernos de ayuda, tanto en los momentos de viaje que hemos citado como en nuestra vida diaria, ya que mantiene el cuello en una posición correcta. Esto impide que la tensión se acumule y se traslade a los hombros y la parte inicial de la espalda, que suelen ser las zonas más afectadas habitualmente.
El mejor material para los collarines cervicales es la espuma viscoelástica, que además de proporcionar la suficiente rigidez tendrá efectos favorables sobre el riego sanguíneo de la zona. También existen modelos con aloe vera, muy útiles para personas con heridas o llagas. A la hora de adquirir uno, debemos tener en cuenta no sólo el material del que esté hecho, sino también su ergonomía. Es recomendable probarlo en la tienda antes de comprarlo.