El somier articulado suele utilizarse con frecuencia en clínicas y hospitales. Todos hemos visto esa cama que sube, baja o se pliega tan sólo con el uso de un mando. Es una opción muy recomendable para períodos de convalecencia, por lo que personas que tienen a un enfermo en casa deben pensar en adquirir uno para su comodidad. Hay que tener en cuenta que el colchón se pliega al tiempo que el somier, por lo que, si no queremos causarle un perjuicio, debemos escoger un modelo de éste que sea suficientemente flexible, y también que se ventile con facilidad (ya que no podremos darle la vuelta con la debida frecuencia).
Existen dos tipos de somier articulado: manual o de motor. El manual, como su nombre indica, se mueve sin motor o mando alguno. Podemos encontrarlo de dos o tres planos, esto es, con dos o tres formas de plegado diferentes. El de motor se puede plegar de muchas más maneras diferentes y suele tener más láminas que el anteriormente citado (unas treinta, aproximadamente), además de contar con medidas de seguridad para evitar cortes a la hora de manipularlo. En ambos casos tenemos la opción de elevar sólo la zona de la almohada, algo muy útil para las comidas del convaleciente.
Podemos encontrar somieres articulados de todos los tamaños de cama existentes. Las marcas que lo fabrican son muy variadas, y así también, por tanto, los precios que podemos encontrar. En general, encontraremos los más baratos por un precio entre 400 y 500 euros, y los más caros desde 1000 euros.